Paseo

Paseo bicicleta felicidadNo sé si a los ricos les pasa (cómo saberlo), pero los pobres nos encariñamos tanto con ciertas ropas, herramientas, rutas, hasta comidas, que nos cuesta trabajo separarnos de ellas. Pero llegan nuevos vestidos, nuevas rutas, nuevas gentes… La vida sigue.

Sin importar dividendos, andando en ella descubres que hay personas más veloces, más lentas, más atrevidas, más cautas. A veces se poncha, te molestas, pero en la caminata replanteas el tiempo; te elevas sobre las dificultades. La limpias a menudo y le das todo tipo de cuidados porque es única. Le montas amigos, la cargas con objetos miles, la luces aunque no esté como te guste… La vida se parece a un paseo en una bicicleta de pobre.

Llena de giros dramáticos, la vida del hombre, no importa cuánto sepa o posea, precisa de paradas necesarias para crear los cambios. Claro, aunque el hombre le pone fecha a sus pasos, la vida a veces se los confirma, otras no. Ciertamente, la existencia se puede medir en segundos, minutos, semanas, años… Pero no la vida.

Hay años como esa ropa de pobre que no queremos soltar, otros llevan en cada semana huracanes que anhelamos dejar atrás, en algunos cohabitan la luz y las sombras. Pero hechos para comodidad de los hombres, todos pasan y con la llegada de otro se abren las pupilas a nuevos horizontes, las manos a otras siembras, los pies a nuevos pedaleos en ese paseo ciclístico o cíclico que es la vida.

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2 respuestas a Paseo

  1. idalmis dijo:

    Por eso hay que apreciar el corazón y el alma de las personas no sus pertenencias, eso es solo material, el alma lo es todo y sin ella no es nada, por eso la vida sigue

    • rogelio86 dijo:

      No siempre es así, pero José Martí escribió con mucho acierto que «Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco». Por eso de saber apreciar y aprender a cultivar la belleza verdadera, la interior, depende el sabor que le encontremos a este paseo que es la vida.

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